Sabias. Científicas españolas frente a los grandes retos del siglo XXI

La ciencia del siglo XXI es algo demasiado importante como para dejársela solo a los hombres. Este no es exactamente un libro sobre mujeres científicas. Es un libro  sobre los grandes desafíos que la ciencia y la medicina están tratando de resolver en el siglo XXI y sobre cómo diez mujeres españolas están dando esta batalla, en primera línea, para que la luz venza a la oscuridad de la ignorancia y la enfermedad. Tampoco pretende inspirar a ninguna joven a seguir la carrera científica, aunque sin duda es un sector donde la falta de referentes,  los estereotipos de género y los techos de cristal son aún demasiado frecuentes. Si ese fuera el único objetivo, este libro llegaría muchos  años tarde. Afortunadamente, las protagonistas de estos capítulos figuran ya en la vanguardia de la investigación científica internacional. Sus nombres son citados en los principales foros como referentes en la búsqueda del origen de nuestro ADN, de la lucha contra el envejecimiento celular, sobre la degradación de los ecosistemas, en el hallazgo de una solución contra el cáncer o la infertilidad y en la compresión de las claves que nos permitirán construir un manual de instrucciones del universo. Ser mujer, científica y española es algo que en un laboratorio no es necesariamente una ventaja, a veces, hasta supone un triple hándicap. Pero también una reivindicación de lo que el talento es capaz de lograr pese a los endémicos déficits de financiación, sensibilidad o cultura científica de nuestro país. Con su habilidad para hacer comprensibles los temas más complejos, el periodista científico Antonio Villarreal traza un perfil de estas diez  investigadoras enroladas en los campos de estudio más relevantes del momento, los mismos que definirán el conocimiento de los próximos cien  años. Algunas son muy conocidas, premiadas y consagradas, otras, más jóvenes pero igualmente brillantes, están en el camino, pero todas comparten para la ciencia del siglo XXI aquella idea que Karen Spärck Jones tenía para la computación: es algo demasiado importante como para dejársela solo a los hombres.